sábado, 12 de abril de 2008

Poemas para mis amigas



Alma de mi Alma
(Para Mariela)

Para un alma, cascarita de luna, que danza con la lluvia, que ríe con el sol. Para un alma ojitos color de uva, que sabe de dolores, que sufre de mal de amores y haciéndose camino entona su canción.
Un alma hecha de lucha, a ratos frágil. Que sufre y ama, que vuela alto, pero de momento, le tiene prisionera el dolor. Mariposa de alas rotas la llaman, mas, no dejes que la vida te ate esas alas, que para ir cada día más lejos, te las ha dado el Señor. ¡Vuela alto bien mío, y cada vez más lejos, vuela alto hermana mía, que naciste para el cielo y no para la tierra, eres águila no te quedes aquí replegada, eres pájaro, cruza rauda el firmamento, eres pájaro mi niña, eres pájaro no flor.
Flor sí por tu alma hermosa, flor sí por perfumarme con tu amor, pero no para hacer del suelo tu morada, sí para viajar al firmamento con un par de alas con las que te bendijo el Creador.
Alma cascarita de luna, que diste vida a otra alma, trocito idéntico de tu corazón. Alma que llenas mis días, mujer, amiga y mi amada, pues te amo con amor muy puro, amor que no se expresa en palabras y habla incluso en el silencio, porque es un amor inmenso que viene del mismo Dios.
Alma que me cantó con guitarra, me habló de esperanza, y algunas tardes como niña entre mis brazos se durmió. Alma compañera en el tiempo. ¡Que miremos como se vuelven los cabellos color ceniza, se nos prenda la piel de arrugas, de sabiduría, de experiencia y desazón! De vivir tanto, sosteniéndonos el uno al otro, tú mi Clara y yo Francisco, los dos juntos y uno los dos.
Hoy te extiendo con cariño yo mi mano, y te digo con voz fuerte, para lo que gustes, aquí estoy yo. Gracias por quererme, gracias por dejar darte mi amor. Alma cascarita de luna, que danza con la lluvia, que ríe con el sol. Alma ojitos de uva, que crees en las hadas, y aún en estas tempestades te sigues abriendo camino, siendo a la par conmigo voz, lamento y canción.
Un beso




La que nunca nadie amó
(Para Mery)

Esta es una historia verdadera
de una dama retratada
y enmarcada en un cuadro de madera.

Pintada en tono sepia y bella como flor,
con la mirada ausente y dolida,
curtida en penas de amor,
por gastarse en el afán de ser amada
más a ella nadie le quiso
a ella nunca nadie le amó.

Colgada en la pared siempre se hallaba
con aire de princesa, llena de primor.
esta dama tan hermosa, -replicaba el anticuario-
es la que quiso ser amada,
más a ella nadie le quiso,
a ella nunca nadie le amó.

Sus brazos a todos con cariño rodeaban
y a ella nunca nadie le abrazó.
Por eso es tan triste su mirada
pues tenía ansias de ser amada
más a ella nadie le quiso,
a ella nunca nadie le amó.

Se fue su tiempo sin tener hijos,
igual que a su vientre el dolor le secó el corazón.
Aunque era buena, linda y santa,
pasó de largo en su vida el amor,
pues a pesar del cariño que entregaba
a ella nunca nadie le quiso,
a ella nunca nadie le amó.

Dicen que el destino tiene la culpa,
porque al verla de ella se prendó.
serás mía mujer, este es tu karma,
de soledad infinita adornada,
nadie ha de darte su abrigo,
ningún hombre, sólo yo.

Era tanto el dolor de su alma
que bebió de sus lágrimas y así se durmió,
pues como su pena se volvieron tan amargas,
como un veneno que el aliento le robó.
dama noble, donde estés ojala encuentres calma,
quizás en el cielo sí sepas de amor.

Cuentan que en las noches de luna clara
se oye su llanto, se escucha una voz.
La dama en sepia llora su suerte
por querer ser amada y no saber de amor.

Si algún día la ves, allí retratada,
con ojos tan tristes que causan pavor,
dile con voz dulce a esa flor pintada
¡Si nadie te quiso, que allá te ame Dios ¡

1 comentario:

Unknown dijo...

cuando se puede ver mas haya de lo que la mirada alcanza y leer entre lineas, puedes escribir sobre la magia del amor y lo que dos almas hablan,sin necesidad de palbras.
gracias por el poema